5/8/07

Mauro Mejíaz. Biscucuyense universal




Mauro Mejìaz Nace en Biscucuy, pueblito del Llano venezolano, el 22 denoviembre de 1930, de madre india y de padre de descendencia italiana. Transcurre su infancia y parte de su adolecencia en el medio de las costumbres del llano. Su madre analfabeta tenía mucho talento manual para la producción deartesanías como pequeñas esculturas de algodón y madera para los nacimientos. Murió muy temprano. Melania, su abuela, se encarga de la educación del jovenMauro después de un periodo de nomadismo que lo llevó a Guanare. Siendo un niño de 13 años, huyendo de los constantes maltratos de su tía Juana, Mauro partió definitivamente de su casa, siguiendo un grupo de hombres que arreaban ganado. Se detuvo en Guacara cerca de Valencia. Allí conoció a Pedro Velíz, un bodeguero muy noble y enjunto que lo adoptó, lo puso a trabajar en el negocio, le dio casa y lo mandó a la escuela, siendo, pues,un personaje decisivo en la vida de Mejíaz. Seis años más tarde, en 1947, Velíz se traslada a Valencia donde abre un botiquín y se lleva consigo al adolescente, a quien se le dejaba tiempo para dibujar cuanto quería con la venia de esa figura paterna. El pintor Braulio Salazar quien iba al negocio, le dio ánimos al joven para estudiar pintura y para que se acercara sin timidez al medio artístico. Para sobrevivir, Mauro jugaba y apostaba al billar y otros juegos. "El dibujo -diráMejíaz- era para mí como el lenguaje, una cosa tan natural que nunca hubierapodido imaginar que pudiera ser una profesión". El adolescente Mauro, nutriéndosede estampas de libros escolares, de reproducciones de periódicos y revistas, ejercíaal lado de varios oficios saltuarios, el trazado de enseñanzas populares comolos carteles o anuncios de las casas comerciales de Valencia. Su labor le permitira reducir los años de obligatorio aprendizaje en la Escuela deArtes (1948-1952). Enseña historia del arte en un colegio de monjas y se convierteen profesor asistente de la escuela con un magro sueldo, además de mantener susactividades como cartelista de cine, publicista, decorador de las carrozas de Carnaval y de fastos públicos religiosos, mientras devora toda la información quecae bajo sus sentidos sobre esoterismo, parapsicología y ciencias ocultas.Hablando de su arte Mejíaz dirá : "Mi único maestro, Braulio Salazar me enseñó latécnica y el dibujo a la perfección. Todavía conservo ese apego a la técnica nosolo a nivel de acabado sino en la consistencia de la obra, en su perdurabilidad, eltiempo máximo en proporción a la materia con la que es realizada". Sus esfuerzos empiezan a dar sus frutos. En 1952 Mejíaz presenta su primera exposiciónindividual en el Hotel Carabobo de Valencia, expone en el Salón Oficial Anualde Arte Venezolano en el Museo de Bellas Artes de Caracas y obtiene dos meritoriosgalardones : el Premio de Pintura y el Premio de Escultura del Club de Leonesen el Salón Arturo Michelena del Ateneo de Valencia.Ya la operatividad de Mejíaz se hace indetenible : varias veces exhibe sus obras enel Salón Anual Planchart de Pintura. Sin embargo, su pintura comienza a alarmar ya ser incomprendida.Dos vertientes artísticas lo inquietan. Una de ellas deriva del muralismo mexicano,correlato de la Revolución, dándose origen al nativismo del siglo XX enLatinoamérica -de algún modo anunciado por el costumbrismo de la centuriaanterior -; se trata de una combinación sintética de la representación de loautóctono etnográfico y la denuncia del orden social se había expandido portoda Iberoamérica con autores como Sabogal, Berdecio, Kingman, Guayasamín,Portinari, Cavalcanti, Berni y en Venezuela Hector Poleo, Gabriel Bracho, ArmandoBarrios, César Renginfo, José Dávila, Carlos Cruz Diez y Mauro Mejíaz.... El andar de una vidaLa otra corriente es onírica, imaginaria, cercano al surrealismo cuyos finos filamentosunen el cielo y la tierra.Gran parte de esta corriente de pintura desviaran en las próximas decadas hacia elsurrealismo influenciado por Tanguy y Dalí. Mauro Mejíaz se recogerá sobre él mismodurante un periodo llamado " visceral ", porque las imágenes de su pintura sonórganos y articulaciones internos.A pesar de la intensa actividad que despliega Mejíaz participando en numerosas exposicionescolectivas, lo llamarón en Barcelona para fundar y dirigir la Escuela de ArtesPlásticas, a lo cual añade el encargarse de la páginal cultural del diario Antorcha. Suslecturas están dirigidas hacia el esoterismo: Swedenborg, Madame Blavatsky, Novalis yotros autoresComo lo explica Alain Bosquet, a partir de 1955 aparece una obra muy personal quemarca los jalones de un auténtico inicio de pintor. Traduce sus aspiraciones profundas ydeterminara su técnica casi de una manera exclusiva en lo sucesivo e irrevocablemente.Mauro Mejíaz considera que el pincel es rey y que con una tenue capa de pintura tradicionalpuede expresar todo su mundo íntimo sin recurrir a artificios revolucionarios ni apujas fáciles. Su novedad, y de ello es plenamente consciente, estriba en su inspiraciónonírica y no en el empleo de recursos chillones o extravagantes. En cuanto a su universointerior es tan imposible de comprobar como profusa su significación : es una visión tanoriginal como incalificable para que pueda prevalecer ninguna apelación exclusiva, pinturafantástica que no responde a la definición de lo fantástico, surrealismo en disconformidadcon sus divisas, pintura onírica que se contenta pura y simplemente de registrarlos sueños.
(tomado de http://www.mauromejiaz.acultura.org/)

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